lunes, 30 de noviembre de 2009

Absentee - Schmotime





Gran debut de esta banda inglesa que, por desgracia, no supo mantener el nivel en su segundo disco, aunque no pierdo la esperanza para el tercero, viendo lo que ha hecho su cantante en solitario. Como leí por ahí, son una especie de cruce entre Pavement (o derivado indie) con la voz de Tindersticks. Y más o menos es lo que hay. Pero lejos de sonar a pastiche tiene un montón de detalles y recovecos en los que perderse uno tan a gusto, porque si puede presumir de algo es de no sobrarle ni una canción. Tiene sus puntos álgidos, como debe ser, pero no llega a decaer en ningún momento. Hay singles tremendos, con nervio, letras ingeniosas y guitarras potentes, pero también pasajes tranquilos y cuidados, como hechos sin prisa, sin la necesidad de demostrar nada: si hay que subir y romper la canción se sube y se hace con mucha clase; si no, se la lleva de la manita hasta el final sin rellenos ni experimentos forzados.

Además de esas guitarras tan Spiral Stairs, los vientos y xilófonos en su justa medida, se agradecen los coros femeninos para darle el contrapunto a esa tremenda voz tan grave. Temas directos y muy finos como "We should never have children", "Something to bang" o "Weasel" y pequeñas joyas tranquilas como "Duck train", que parece rescatado del Brighten the corners, o la deliciosa "Treacle" que cierra el disco, mi favorita sin duda, con ese principio tan modosito y esa crecida final a base de coros, melódicas, slides de guitarra, saxos... lo dicho, delicioso.

Sin duda, fue uno de los discos del año 2006 para mí. Creo que se va a llevar el primer 9 que doy.

Absentee – Schmotime

martes, 3 de noviembre de 2009

Fanfarlo - Reservoir




"Otro grupo a rebufo de Arcade Fire y demás..." dirás. Y puede que lleves algo de razón, pero es innegable que estos ingleses tienen algo aparte de la bendición de varios blogs y páginas musicales (aunque algunos les pongan de hype) que andan ávidos de loqueseaperoquemole. Pues sí, entre otras cosas, una joya llamada "Ghosts" que para mí ya merece el disco entero.

Reconozco mi debilidad por las bandas que se saben apoyar en buenos arreglos (principalmente vientos), pero el protagonismo que adquiere en este "Reservoir" la trompeta me tiene ganado. Porque soy así de fiebres, qué le voy a hacer, y porque cuando se emplean bien airean las canciones que da gusto. Al menos eso le dicen mis oídos a mis escasas neuronas cada vez que eso ocurre. En este álbum hay que más que buenos arreglos, eso está claro, si no no lucirían como lo hacen.

Como anécdota, cortopego del blog A letter for the stars:

Sigur Ros y Fanfarlo tienen una relación de amistad que va más allá de la admiración musical. La historia es la siguiente: Fanfarlo son muy aficionados a la fotografía del polaco Jan Saudek y Jonsi (cantante y guitarra del grupo islandés), al enterarse de ello, aconsejo a la banda que ojeara las fotografías de la hija de Saudek, Lilja. Los británicos, que se encontraban dando los toques finales a "Reservoir", decidieron escoger una fotografía de Lilja como portada del álbum. La fotografía en cuestión muestra a dos chicas jovenes, una de ellas con un cesto entre sus brazos y la otra con una máscara tapando su rostro. Lo curioso del caso es que la chica enmascarada es Sigurrós, la hermana pequeña de Jonsi y cuyo nacimiento, hace ya quince años, supuso el nacimiento de la banda que decidió llevar su nombre. Dos grandes bandas hermanadas (nunca mejor dicho)...ç

Fanfarlo – Reservoir

The New Raemon





Aunque sea un poco soplagaitas en algunas cosas, no se puede negar que el señor Ramón tiene talento para hacer grandes canciones y voz para sacarlas del limbo en que caen muchos grupos mediocres. Vaya por delante que no soporto a Madee, su grupo de siempre, y esos aires de grandiosidad y melodrama que me parecen insoportables allí, en su faceta de cantautista se transforman en una sencillez y un sentido del humor que se agradece y mucho aquí.

Dicho esto, está claro que por mucho que se cambie el traje, al final siempre se le acaba escapando algún deje que otro, a cual más irritante, pero por fortuna se me hace más un mal menor que otra cosa. Arropado siempre por una banda consistente, el tándem de Rickys de Standstill, y no podía ser de otra manera, siendo como es, piedra angular de esa secta musical catalana que gira en torno a B-Core y Cydonia (del propio Ramón) a la que otras veces me he referido; las canciones que de otro modo se harían sosas se convierten en piezas de pop realmente redondas.

He decidido reunir las que más me gustan de sus tres trabajos hasta el momento, y alguna que otra curiosidad, porque, si bien el primero es el que más sorprende gratamente, no me llega a parecer tan redondo para subirlo tal cual. Del segundo apenas rescato dos de seis, y del último sólo diré que no me esperaba nada del otro mundo y me he encontrado otro buen puñadito de canciones bonitas y hechas con gusto.

Por muy mal que me caiga, no le voy negar un "¡Hoy estreno!", la entrañable "El cau del pescador" con la que le descubrí, el impagable arranque y final de "Tú, Garfunkel", la inquietante, breve, pero tremenda "Sombrío", y otras como "Estupendamente" o "Variables" de su más reciente trabajo, especialmente esta última. Por otra parte, es capaz de joder un gran tema como "Sucedáneos" con ese final de 40 principales (que yo he suprimido por la cara), y también hacer una canción onanista apestosa con Falkner de cómplice, o desnudar un temazo de los Nueva Vulcano para dejarlo en... poca cosa (aunque la canción está tan bien hecha que aún así funciona).

A pesar de todo, más luces que sombras para él (palmadita en la espalda). Hay que ver lo que cuesta a veces hablar bien musicalmente de gente que personalmente... pero bueno. Es lo que hay. Una vez más, Spotify y sus limitaciones me impiden seleccionar lo que había, así que a cambio dejo el último.


The new Paca Carmona


Bigott - What a lovely day today




Si hay un tipo en España capaz de sonarme a los norteamericanos Ween, a mi querido "White pepper", en el cual cada canción es de su padre y de su bendita puta madre (dicho en el mejor de los sentidos), ese es el maño Bigott. Porque, vale, al igual que en el Pimiento Blanco, aquí la columna vertebral es el folk indie, el pop-rock yanqui más o menos enraizado y los clásicos Bobdylans, Neilyoungs y Velvetundergrounds de toda la vida. Pero es que "What a lovely..." también es Barry White-Prince diciendo guarradas en plan Chef de Southpark, Bobby McFerry- LaHoradeBillCosby pisoteando a capela la típica canción cantautoril, o Elvis cantando en español (con acento americano, por supuesto).

En él entran todos esos nombres de canciones estrambóticos que, a veces, derivan en piezas realmente curiosas, bromas varias (algunas privadas, otras infumables) y experimentos con gaseosa, coros de féminas por aquí y por allá, falsetes pseudoeróticos, maullidos y ladridos de chihuahua humanos sustituyendo o complementando solos de guitarra, David Byrne fumado, Yo la tengo merodeando por la zona de cuando en cuando, gallos de voz sin la más mínima intención de ser disimulados (y a mucha honra), un cantamañanas... etc. Cierto que son diecisiete temas y eso da para mucho. Cierto también que las bromas no suelen durar más que un minuto y medio, y las que lo hacen se pasan de largo y tampoco pasa nada. Pero si hay una cualidad en Bigott es saber sorprender al que se asoma a su ventana.

Tampoco se vaya a confundir uno entre tanto circo, porque hay unos cuantos temas tocados por la varita mágica, esa que le ha llevado a firmar un tercer disco (este es el segundo) bastante interesante, apoyándose sobre todo en una coherencia (Paco Loco mediante) que aquí brilla por su ausencia. Dejando al margen los chascarrillos que mete en ellas (prácticamente ninguna canción se libra), "Hawai esquimal" crece y crece durante cuatro minutos maravillosos, y "Mi preciosa flor" es una delicia, aunque parezca un alemán cantando en inglés. "Vamos a morir" tiene un vaivén y una flauta dulce desafinando que se me hace tan irresistible como la que da título al disco, con ese "drinking algo calentito" que siempre me saca la sonrisa. No me quiero olvidar de que hay grandes músicos, de la escena zaragozana principalmente, metidos en el ajo, y eso se acaba notando.

- He hecho alguna distinta pero da igual -dice al final de "Monería", medio riéndose el muy. Y luego remata diciéndole al del estudio: "¿Te gusta? Pues pa' ti".

Pues eso, pues pa' mí.


bigott – Fín

The antlers - Hospice




De este disco me atrevería a decir muchas cosas y todas ellas buenas. Pero lo que queda al final es decir que, sencillamente, es muy bonito. Funciona incluso cuando no estoy triste, que es el ánimo general del disco, porque lo que priman al final son el puñado de grandes canciones que hay en él, midiendo las diferentes intensidades para no caer en exceso de dramatismo, siendo emotivo sin hacerse blando, profundo y nunca pesado.

Por lo que he visto por ahí, se suele asociar al de Bon Iver, más por el hecho de tener una idea central sobre la que giran el conjunto de canciones que del estilo en sí. Si en aquel era Emma aquí la cosa es más tremenda y se trata de una niña enferma terminal. Yo me quedo con este "Hospice" porque lo veo más completo que el de Iver, que aunque también me gusta, me parece algo sobrevalorado. Prefiero la forma en que aquí se le canta a la pérdida.

Me "atrevo" a decir que envejecerá tan bien como un "Grace" o un "Funeral" que va camino de ello (si no lo ha hecho ya). Y dentro de diez o quince años lo veremos. 8'5

The Antlers – Hospice
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