viernes, 24 de julio de 2009

dEUS - In a bar, under the sea





Y ya que pasé por Dinamarca para colgar el de Kashmir, que extrañamente desapareció de aquí sin que el master, he-man de los blogs o quién coño sea me dijeran nada, doy un salto a Bélgica para detenerme en este grupazo que no supe valorar en su momento, pero que descubrí años después con gran entusiasmo. La culpa la tuvo la puta Mtv haciendo que el "Suds and soda" pareciera algo del montón de tanto ponerlo, al igual que el "Loser" de Beck. Aunque en realidad era problema mío, que de niñato crucificaba todo lo que me sonara a moda o pose chungui-guay, mientras me la colaban con otros tantas bandas mediocres que al final no le llegaban ni a la suela de los zapatos a estos paisanos bajos o al cienciólogo de los huevos (antes de que se estropeara).

Dudaba entre este y el primero, y quizá las canciones sueltas que más me gustan están en el otro, pero en conjunto este se me hace más digerible. Por supuesto sin obviar que donde antes había unos "Jigsaw you", "Via", la mentada "Suds and soda" o la bella "Hotellounge", ahora tienen su réplica en cancionazas como "Little arithmetics", "Roses", "Fell off the floor, man", "Dissapointed in the sun" o la jazzera "Nine threads", bien guapetonas todas ellas. Y si nos detenemos en las menos "accesibles", por así decirlo, esas en la que se explayan (pero bien) en su vertiente más experimental, con temas más largos y complejos, pues la cosa no decae respecto a anteriores paranoias sonoras; y lo mismo ocurre con esos cortes de dos minutos escasos, porque ahí también lo bordan. Barman sigue con sus historietas de crooner, y los aires de Tom Waits siguen asomándose, salvando distancias, claro está.

Un 8 largo para este gran disco de este grupo que, si de algo puede presumir, es de sonar a dEUS por encima de cualquier etiqueta.

dEUS – In a Bar, Under the Sea

jueves, 16 de julio de 2009

Nudozurdo - Sintética




Una de las sorpresas más gratas que he tenido últimamente, y ya que me ha dado por el rollo nacional, es este segundo trabajo de Nudozurdo, que me recuerda a aquellos interesantes grupos de hace tiempo como 713avo amor, Demonios tus ojos, El desván del macho o el propio Corcobado, sólo que menos asalvajados, asimilando influencias actuales para darle un acabado bastante consistente y quizá no tan negruzco como los mencionados, sobre todo en la parte musical. Ya en su recomendable primer disco de título homónimo se veían buenas maneras, y en "Sintética" dan un paso más adelante.

Parten de bases sencillas, machaconas a veces, y su gran baza (para bien o para mal) es la voz y las atormentadas letras de su espigado frontman. No caen en el error de otros grupos de querer dar sensacion de amargura o dolor a base de canciones lentas y distorsionadas hasta el extremo, ya que saben jugar bien con la velocidad de cada canción sin ralentizarlas en exceso, subiendo y bajando, sin alardes; o directamente a piñón fijo para formar así un manto sobre el que destaquen las palabras de muerte, sexo en bruto, desamor (como no) y tormento de su vocalista. Tampoco necesitan grandes riffs de guitarra, y a menudo se apoyan en acordes abiertos para no dejar tanta sensación de hermetismo.

A mí a veces me recuerdan a grupos ingleses como los grandes Cure del principio, mis queridos (y olvidados) Adorable, sin dejar de lado la odiosa y obvia comparación con Joy Division. Pero temas como "Ha sido divertido", esa guitarra planetera ("Corrientes circulares...") de "Otra vez", la truculenta historia de "El hijo de Dios" u otros tan redondos como "No hay nadie" se valen por sí solos, sin que haya que recurrir a aquello de que suena mucho a tal o cual grupo. Se agradecen propuestas así en el acaramelado y hortera panorama indie nacional, coño ya!



Manta Ray




Bueno, pues ya que menté a estos tipos en la anterior entrada de Nueva Vulcano y les dejé un poco mal, quería resarcirme colgando el único trabajo que realmente merece la pena de su extensa (si contamos colaboraciones) discografía hasta su reciente separación. Porque creo que por aquel entonces nos dejó a muchos con la boca abierta tamaña originalidad para el panorama indie español, sin caer en cutreces vanguardistas como otros, trascendiendo con sentido y no de cara a la galería. Lo grabaron tras ganar el concurso Villa de Bilbao, aunque ya habían publicado un interesante e.p. titulado "Escuezme".

Recuerdo lo mucho que me gustó ya sólo la portada en vinilo (ay! aquellas portadas de vinilo... snif) cuando me lo dejó un colega . Y el caso es que luego no es un trabajo fácil de escuchar. Entran bien unos pocos temas de primeras, pero los demás hay que madurarlos un poco con varias dosis. Supongo que por aquello de que lo dramático de sus voces, violines y demás hacen más lenta la digestión, porque tal vez requieren un estado de ánimo concreto para poder sumergirse en ese pequeño universo de difuntos, secretos, desamores y Señores Miseria. Pero con la justa paciencia, si se le pilla el punto es muy disfrutable.

Sorprende lo bien que han envejecido temas como la instrumental "Adamo" que abre el disco, la indiscutible belleza de "Secrets", por la que tengo debilidad (especialmente desde el arranque, que lo habré oído mil veces), "Tin pan alley" o "25 sycomore", aparte de ese mencionado aire lúgubre y la crudeza que se va administrando a lo largo del disco, a veces de forma sutil, otras a fuerza de ruido y contundencia, pero siempre a un nivel envidiable que nunca superaron.

Lo que vino más tarde fue la despedida de Nacho Vegas a la guitarra y composición tras "Pequeñas puertas que se abren...", disco del que se podían rescatar algunas cosas interesantes, pero que flaquea en conjunto por su pretenciosidad. Y de lo que sucedió después sin él pues... lo mismo, algunos temas salvables de "Esperanza" o "Estratexa" (porque el ladrillaco de "Torres de electricidad" no cuela, no) pero muy lejos de lo deslumbrante que fue este primer trabajo. De sus colaboraciones con otra gente salvaría la de Corcobado, aunque más como curiosidad que otra cosa. Actualmente el cantante está centrado en un proyecto en español con su pareja llamado Elle Belga, bastante elegante y curioso, la verdad; el batería sigue como Xabel Vegas y las uvas de la ira, y Nacho Vegas pues dando una de cal y otra de arena, aunque para mí es simplemente un brasas, reconozco que tiene sus cosas, pero no puedo con él.

Vaya, quería resarcirme y al final he acabado echando más mierda... juas! Si es que soy un bocazas... Bueno, espero que eso no quite la admiración que siento por este gran trabajo que nos regalaron allá por el 95.

viernes, 10 de julio de 2009

Nueva Vulcano - Juego entrópico





Bueno, cuelgo este disco por varias razones. La primera porque está hecho (escrito y compuesto) con una sencillez y una contundencia que ya se echaban en falta en el panorama autóctono; la segunda porque en este paraguas sandinista llevo muchos discos de fuera colgados y ya tocaba uno de dentro; la tercera porque me pilló en una época de esas tontorronas que le hacen a uno elevar a los altares al disco que mejor le acompañe y le haga identificarse o que simplemente le ayude a distraer la cabeza de tribulaciones varias.

Ya en la magnífica primera canción Artur avisa que va a quemar frases hechas, y se puede decir que todas las letras hacen un guiño o le dan la vuelta a alguno de esos dichos que en voz de Artur suenan a todo menos a frivolidad. Tal vez abuse de metáforas, o de frases que ni con el libreto en mano le encuentras explicación, pero es precisamente ese aire de "costumbrismo intelectual" lo que le hace inconfundible. Y en fin, respecto a lo demás, hacía mucho que no me topaba con un disco bueno de principio a fin, sin altibajos ni medianías, aunque quizá sus puntos altos sean "Las cosas y las casas", "Esto no es Paris" y "El río suena", pero si alguien me dice "El día de mañana", "Sagrada familia" o "En cualquier contexto" pues sí, también.

Si en "Principal primera" destacaban un puñado de temazos por encima del álbum en sí, en este "Juego entrópico" es el conjunto lo que hace grande al disco. Tiene los arreglos necesarios para no hacerle caer en la monotonía de su disco anterior, pero la base sigue siendo guitarra-bajo-batería, y en directo eso también se nota (hace unos añitos pasaron por aquí y le dieron un repaso a Manta Ray, que venían como cabeza de cartel, que fue apabullante). Y en breve vendrá el tercer disco, después de ese fantástico e.p. "Los días señalados", con dos temazos que son de lo mejorcito que han hecho estos tres figuras, y con la única portada que se salva de todos sus trabajos, porque la baldosa del primero y la sirena gorda con pezones de campurriana de este tienen telita.

lunes, 6 de julio de 2009

Motorpsycho



Con los grupos nórdicos se me queda la misma sensación que con los canadienses, porque es acojonante el nivel que hay, a nivel más rocanrolero los primeros y quizá más indie o poprockero los segundos, pero casi siempre para quitarse el sombrero con ambos.

He aquí una modesta recopilación que he hecho con todo el cariño y respeto que le tengo a este grupazo noruego, capaz de reciclar (o directamente resucitar) lo mejor del rock de corte clásico y del jazz con riffs potentes y solos deslumbrantes, parir joyas de un indie rock al que ya quisieran acercarse algunas bandas yanquis, así como destilar una elegancia en su lado más pop y tierno que a veces resulta abrumadora. He visto en pocos grupos la calidad que estos tres tipos (hasta 2005 fueron los mismos, a partir de ese año se quedan dos de los miembros originales y abandona el batería) atesoran como músicos. Tampoco sorprende el hecho de que sean multiinstrumentistas y se guisen la grabación de los discos según les salga del fiordo.

Diecinueve soles seleccionados de su extensa discografía (es pa' volverse loco la cantidad de material que tienen), deteniéndome en los discos por los que tengo mayor debilidad, algo lógico por otra parte, y obviando la última etapa por respeto a su batería de toda la vida, porque "Black hole/Blank canvas", hecho entre los otros dos monstruos que ni se molestaron en buscar sustituto a las baquetas (para qué si están ellos!), tiene cortes igual de deslumbrantes que los aquí dejo, si bien el posterior "Little lucid moments" se compone de cuatro pajotes de 15 o 20 minutos cada uno que, sí, tienen sus partes interesantes, pero pecan mucho de ombliguismo. Es esa la principal pega que tienen también a lo largo de su discografía, que tanto virtuosismo a veces les ciega, y en esta última etapa parecen decididos a cebarse con ello. Pero con esta gente no se pierde la esperanza, ni mucho menos desmerecer el resto de sus producciones. Por poner otro pero, creo que nunca han venido a España, o puede que una vez hace años, pero pasaron inadvertidos.

Disfruten!

Motorpsycho


sábado, 4 de julio de 2009

Tortoise - Tnt




No se me ha ocurrido una forma mejor de abrir boca con los discos instrumentales que con esta obra maestra de Tortoise. Desde lo más jazz y reposado hasta lo electrónico y experimental (machacón a veces), no dejan de ir y venir paisajes y melodías muy reconocibles que hacen de este su disco más redondo. Podía haber buscado cualquiera de los otros por aquello de no caer en la obviedad (un día de estos cuelgo el "Never Mind" de Nirvana y me quedo tan ancho) pero tampoco estoy para alardes, la verdad.

Y es que son instrumentistas geniales pero no caen en el virtuosismo aburrido de otros, ni se empeñan en demostrar nada que no sean un puñado de buenas canciones. Utilizan la repetición y el bucle con maestría, sabiendo dosificar arreglos de xilófonos, pianos o punteos de guitarra jazzeros para mantener intacto lo interesante de su propuesta. A pesar de ser un disco salpicado de maquinitas por todos lados no me resulta frío en absoluto, y en parte creo que es por el acertado orden de las canciones y ese hilo que une cada pista con la siguiente, ya sean niños jugando, un mismo sampler para canciones diferentes o un reprise de otra centrifugado y colocado a conciencia más adelante.

A destacar los temas que abren y cierran el disco (qué gran comienzo y qué gran final, demonios), la indiscutible belleza de "I set my face to the hillside", la curiosa "Ten day interval", "Jetty" y, en general, las más largas acaban dando más jugo que quizá otras que parecen más esbozos o experimentos. Un 9 para este discazo.


viernes, 3 de julio de 2009

Lemonheads - Come on feel




Pues dándole la réplica a mi "padrino" (si no es por su blog no me arranco yo a hacer uno) txarls, después de que nos regalara un disco menos conocido de Jeremy Enigk a propósito del "Vale bear" que dejé por aquí, y dado que en su estupendo "music is my girlfriend" ha subido un disco de una de mis bandas favoritas, he decidido hacer lo contrario que él hizo con el gran Jeremy y colgar el más conocido de ese grupo.

Así que aquí dejo este "Come on feel", donde Evan Dando, junto a Tom Morgan en la composición, daba rienda suelta definitivamente a su lado más pop y comercial. Tras el aviso de "Mrs Robinson" y otros temas de "It´s a shame about Ray" que también olían a hit, aquí se confirmaría el éxito con un buen puñado de singles como la preciosa "It's about time", por la que tengo especial debilidad, la melosa "Into your arms", el country de "Big gay heart" o ese temazo que abre el disco llamado "The great big no". Pero es que un tema redondo como "Down about it", la frescura de "You can take it with you" o "Dawn can't decide" podían haber sido singles perfectamente.

Se hace imprescindible la presencia de Juliana Hatfield a los coros, y vuelve a destacar la solvencia con que despachan temas de 3 minutos marca de la casa, los (relativos) propósitos de enmienda del señor Dando en "Style", que hasta tiene una versión alternativa menos cazurra y más yonki aún en "Rick James style" (parecen tirados en un sofá), aunque para desfase el cuarto de hora de ruidos (ya sea con piano, con guitarra o con lo que pillara a mano) y golpes de "The jello fund" con el que acaba el disco, incluyendo un tema de melopea guitarrera llamado "Lenny" entre medias. Y luego está el ramoneo de "I'll do it anyway", la sencillez con acústica y voz de "Favourite T", el pop de "Paid to smile", y otro guiño country en forma de canción-disculpa que es "Being around".

Notable alto para ellos por saber pasar al lado oscuro sin renunciar del todo a su pasado menos "light", con esa primera época punkrockera que empieza en el 87 con "Hate your friends" a la cabeza; continúa con los destellos de "Creator" en el 88 (con temas bien redondos como "Out", "Take her down", "Clang bang clang" o una bonita versión de Charles Manson) y acaba con "Lick" en el 90 (donde Evan Dando firma temas tan magníficos como "Mallo cup", "A circle of one" o el "Luka" de Suzanne Vega). Luego se iría Ben Deily y con Evan de cabecilla los discos empiezan a ser menos irregulares. Y así, firmaría "Lovey" en el 90, que sería el de transición por así decirlo, con buenas canciones como "Stove", "Lil' seed" o un "Left for dead" rescatada del "Creator" (donde se llamaba "Die right now") pero aún por pulir, hasta que en el 92 llegara esa joya que es "It's a shame about Ray", recomendable de principio a fin, y un año más tarde este "Come on feel" que nos ocupa. "Car button cloth", que salió en el 96, quizá sea más flojo y/o empalagoso. Aún así hay en él temas nada desdeñables como el single "If I could talk I tell you", donde parece intacta la capacidad para hacer estribillos perfectos, "It's all true", "The outdoor type" y algún que otro arranque eléctrico de interés como "Something's missing" o los últimos tres cortes del disco. Ya en 2006 se reunieron para firmar un regreso correcto de título homónimo que no desmerece en absoluto a sus discos anteriores, pero al que tal vez le falte esa chispa de años atrás.

Bueno... al final me pudo mi vena fan, y lo que iba a ser un resumen más o menos breve de su discografía ha acabado en tremenda parrafada. Pero qué coño, ¿y lo a gusto que me he quedado soltándolo?

Como en Spotify hay lo que hay, y falta lo que falta, he reunido y ordenado cronológicamente parte de lo que para mí destaca de su discografía (sobre todo de lo viejo).

Hate Your Friends
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